miércoles, 19 de abril de 2017

Quién soy y por qué este blog

Si has llegado aquí porque eres una madre, o padre, preocupada por la educación de tu hijo o hija, porque no le has escolarizado y no sabes qué hacer en casa para enseñarle lo que pueda aprender en la escuela, porque crees que el bebé ha de estar con su familia durante sus primeros años de vida...bienvenida, o bienvenido.

Soy María M. Ródenas. Educadora Infantil (Técnico Superior en Educación Infantil) y estudiante de Magisterio de Educación Infantil. También me encanta leer y seguir informándome sobre todo lo que tenga que ver con la maternidad, crianza respetuosa y la lactancia materna. 

A finales del pasado curso me quedé embarazada (estábamos buscándolo) y desde diciembre he comenzado una nueva etapa en mi vida, la más dura e importante, y también la que me ha hecho ver que otra educación no solo es posible: si no que es necesaria.

Tras realizar mis prácticas en una escuela pública de la Comunidad de Madrid, me di cuenta de que yo no quería trabajar en una escuela. Para trabajar como educadora o maestra de infantil te piden el título universitario (en ello estoy), pero sigo sin estar de acuerdo con muchas cosas de las escuelas infantiles: 

1) Las rutinas: horas estipuladas de antemano, si no se cumplen la programación se descuadra. La rutina de la siesta a esa hora sí o sí obligatoria (¿si un niño no quiere dormir? Lo pasaba fatal viendo cómo les tumbaban y obligaban a estar en silencio y no hacer ruido, si lloraban les echaban al pasillo hasta que se calmaban). O si un niño es más lento comiendo te descoloca el momento del aseo para ir a dormir la siesta... Lo que me lleva al siguiente punto.

2) Los ritmos individuales: ¿todos los niños comen igual y tardan lo mismo o se quedan dormidos nada más apagas una luz o les tumbas? No. No siento que se respete la individualidad. Los más lentos eran ayudados y había que comer y terminar a la hora programada. La hora de juego o de una actividad, si estaban muy concentrados y motivados, si se pasaba la hora, fuera y a otra cosa mariposa.

3) Sus primeras veces: observé con una mezcla de felicidad por mí y ese bebé, y tristeza porque sus padres no estuviesen ahí, cómo una niña se descubría las manos, cómo un niño se daba la vuelta y se emocionaba, cómo empezaba a arrastrarse otro niño y conseguía coger cosas las cuales antes no llegaba.

Sí, pienso que los bebés, siempre que se pueda (entiendo que los horarios laborales y el tema de la conciliación está fatal) deben estar con sus padres. Son personas que no han nacido terminadas, aún les queda mucho por desarrollar. Es un proceso que dura años, y es en esos primeros años de vida que necesitan más que nunca a unos padres que les ofrezcan el cariño y respeto del tiempo que precisan para desarrollar todas sus capacidades (motóricas, sensitivas, linguísticas, sociales, afectivas...) de la mejor de las maneras, en un ambiente cálido que les transmita seguridad y confianza.

Y sí, al ser madre de una bebé de casi 4 meses, la cual no voy a escolarizar durante el primer ciclo de infantil (escuelas 0-3 años), utilizaré y compartiré los conocimientos adquiridos durante mis estudios de Grado Superior y los que continúo aprendiendo en la Universidad y por el amplio mundo de la red (con sus fuentes y fundamentación), para educarla de la mejor manera posible desde casa. Y si gracias a compartir mi experiencia en este blog puedo ayudar a otras madres recomendando actividades, explicando qué recursos utilizar para potenciar el desarrollo de sus bebés y aceptando y aprendiendo consejos y recursos de otras madres que puedan contarme sus experiencias, mucho mejor y más enriquecedor para todos y todas las que leerán este blog.

Un saludo, nos leemos.

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