jueves, 22 de febrero de 2018

Creando los espacios para mi bebé de un año

Nos encanta cómo ha quedado su habitación.
 
Una de las cosas que tenía claras para montar su habitación era que tuviese varios espacios diferenciados y que tuviese juguetes y cosas a mano, que fuese ella misma quién pudiese elegir con qué, cómo y cuándo quería jugar. Que tuviese acceso libre a ellos.
 
Y podemos decir que ha sido todo un éxito.
 
Un éxito porque ella es la que va directamente a su habitación y pide que le abramos la puerta cuando estamos en el salón, con la caja de juguetes que hacen ruido y cositas varias (casi todo regalado y cajas, botellas, envoltorios, maderas... en plan reciclado) que ya ignora. Tiene su balda de libros en el salón a la que acude cuando estamos comiendo o viendo algo en la tele e ignora bastante la televisión (por suerte para nosotros, que nos preocupaba mucho), la caja del nuevo router del wifi y unos bolsos que nos regaló Iberia en nuestro último viaje largo, pero ahora su nuevo entretenimiento en su habitación. Y nosotros también casi hacemos vida allí, tanto el padre por las mañanas como yo por las tardes, sin tele, sin distracciones, solo la niña, las cosas y nuestra atención, a parte de sus horas de calle, casa de los abuelos y parque diarios, donde alucinamos con cómo evoluciona cada día, a sus 13 meses y medio, corriendo casi, subiendo escalones de pie, solo sujeta y dependiendo del tamaño sin ayuda, apenas pide ayuda para hacer cosas que dos días antes no se atrevía si no le dábamos la mano, sabe situar algunas partes del cuerpo, juega con la gata y la acaricia con delicadeza...
 
Desde que comenzó a caminar a los recién cumplidos 11 meses sin apoyo, ha ido evolucionando rápidamente y estábamos tardando en montar su cuarto. En parte culpa de tanto viaje (EstocolmoJapón, Mallorca) y por falta de tiempo en casa, ya que estuvimos un par de meses, coincidiendo con su adquisición de la marcha sin apoyo, sin rutinas y sin ganas de hacer nada en casa y con invitados cada poco tiempo utilizando su habitación como cuarto de invitados.
Le he ido poniendo rincones esporádicos en el salón, como disfraces/texturas, construcciones, tecnología (teclados, móviles viejos), pero nada mejor que estén todos recogidos permanentemente en su habitación.
Le encanta esconderse
Le pirra tirarse al suelo y quedarse ahí minutos sin hacer nada, a veces se esconde así, otras descansa.
Disfraces y telas en el salón
Así que la semana pasada aproveché el fin de semana para adecuar por fin un espacio específico para alejar a la niña del salón y a nosotros del abuso de la tele de fondo, que se acomodara y se sintiese segura en ella y comenzar con la que hemos denominado "Operación Cama", y es que nuestra cama de 140cm se está quedando pequeña y en unos meses nos gustaría que ya durmiese en su habitación. Lo que hemos empezado a dormirle allí las siestas, ahora que aguanta hasta 1-2 horas sin llorar por no agarrarse a la teta a la mínima que se mueve. Con el tema de la lactancia es complicado, por la noche ni lo planteo llevarla, puesto que está en una fase de gran demanda otra vez, pero dejarle dormir allí durante la siesta me permite poner en orden el salón, la habitación, la cocina... siento que tengo más tiempo para mí, ¡incluso he visto algún capítulo de Vikings entero y sin interrupciones! Y cuando aguante más tiempo sin tanta demanda nocturna, podemos empezar a probar a dejarla allí un rato, al menos hasta que se despierte la primera vez, y poco a poco ir dejándola más tiempo. No sé, es una teoría sobre cómo podríamos llevarla lo más respetuosa posible.
 
Además no existe riesgo a que se haga daño al caer de la cama (como en nuestra cama, que es más alta que ella, tiene cajones enormes), y sabe subir y bajar ella sola sin ayuda. Es más, he ido a ver qué tal estaba tras media hora sin pasar, y me la he encontrado riendo y cantando, boca arriba, dándose golpes en el pecho como cuando le contamos el cuento del gorila y le cantamos "y como los gorilas, uh uh uh...". Sin llorar, sin buscarnos, sin necesidad de llamar la atención... cómoda, a gusto y sin miedo alguno. Además que las gatas le hacen mucha compañía.
 
Como solo llega hasta la 3ª balda/caja, por ahora, he puesto todo en esas tres. El resto tendré que ir buscándole sitio según crezca o aprenda a subirse a la silla para llegar al lugar donde almaceno las cosas que no sé dónde meter (botes y botes de colonias, champús y geles, cremas, etc., regalados y de muestras que no utilizo ni creo que utilizaremos jamás).
Una gata a sus pies, vigilante, atenta. Cariñosa.
El espejo del cabecero lo queremos poner en la pared derecha, pero nos faltan los enganches,
que compraremos este fin de semana. Los cojines, peluches y caja tapan cable de internet
(que está ahí el enganche) y el radiador, y una lamparita al lado del cabecero.
Su favorito es el rincón de lectura en el parquecito, donde se sienta a pasar páginas una y otra vez de todos los libros y nos acerca para que se los leamos. Me tumbo en la cama y le pido que suba y lo leemos juntas. Se sube, gatea hasta la altura de mi pecho, se tumba sobre mi hombro boca arriba y pasamos las páginas juntas mientras se los voy contando. Nos encanta.
 
El libro de goma eva, regalo hecho a mano por mis compañeras de clase de Magisterio Infantil,
le encanta porque tiene una muñeca a la que puede vestir, desnudar y cambiar de ropa,
también tiene otras texturas y piedrecitas brillantes.
 
La silla es su juguete de arrastre.
Una amiga y yo les hicimos a nuestros bebés unas cometas de viento Waldorf.
La caja rosa está llena de telas, bolsos, cinturones, faldas, pañuelos,...
Con su caja de móviles viejos (sin baterías, nunca dentro, son tóxicas).
También abre los cajones del armario (puertas negras de pizarra) y saca toda su ropa, pero a veces también la mete (a su manera). Así que cuando duerme la siesta también me dedico a recolocarla.
La caja naranja tiene botellas de plástico, botes metálicos, cajas de cartón.
La caja negra tiene construcciones de silicona y de madera:
 
Toda su habitación es made in Ikea, por si a alguien le gusta algún mueble, a mí me encanta porque no sale caro y tiene bastante variedad de juguetes de madera y construcciones que nos encantan.
 
Además ahora también le ha dado mucho por limpiar, coge un pantalón y se pone a quitar el polvo de los muebles y cosas. También coge la escoba y la pala. Así que un día de estos le compraré para dejar en su cuarto productos adecuados a su tamaño y sin estar previamente sucios de polvo, de arena de las gatas, pelos y demás, que hemos de ir corriendo a lavarle cuando le da por espolsar la escoba con las manos.
 
Y he de decir que estoy súper contenta con los abuelos que tiene. El rato que pasan con ella prefieren irse al parque y enseñarle partes del cuerpo, a decir con el dedo cuántos años tiene (y como un resorte levanta el dedo índice riéndose) y cantándole todo el día.
En mi caso, ahora le encanta que le acaricie. Disfrutamos mucho del momento "cambio de pañal". En el salón o al entrar en casa si le noto el pañal muy meado o se ha hecho caca, le digo: "vamos a cambiar el pañal", y se va directa a su cuarto, le digo "ponte ahí" y se tumba en la alfombra y empieza a tirar del body pidiendo que se lo quite y le cante. Entonces voy acariciándole y dándole pellizquitos (ya sabéis, de los que no duelen) en la barriguita, espalda, axilas (le pirran las cosquillas, se retuerce y nos reímos muchísimo), muslos, culito, piernas..., nombrándole las partes del cuerpo, y ahora ya se señala los muslos, rodillas, pies, manos, cara, pecho (haciendo el gorila, graciosísima)... es súper enriquecedor verla evolucionar y cómo se va quedando con todo. Y siempre que haya contacto físico lo siento todavía más motivador, ya que le gusta a ella y me gusta a mí. ¿A quién no le gusta que la persona que quiere le dé un abrazo o acaricie la espalda?
 
En cuánto a la alimentación, come exactamente lo mismo que nosotros, no hacemos comida a parte para ella, lo que significa que en nuestra casa comemos mucha fruta, mucha verdura, todo cocido, guisado, a la plancha, al vapor y al horno y se evitan las grasas, azúcares y las tentaciones, en especial delante de ella. Como viajamos tanto, lo mejor es el pecho y el baby led weaning (BLW), puesto que ir con un pasapurés allá donde vamos... como que no. Y no tenemos que estar con adaptaciones de ahora purés, ahora trozos, ahora... pues ya come todo en trozos, se lleva ella la cuchara a la boca (acierta al 40-50%) y le ayudamos otro poco. Limpiamos muchísimo... pero gente que la ve no se cree que tenga 13 meses. Y yo pienso que es lo más normal, si se le deja y no te da pereza limpiar después, es normal que durante un tiempo manche todo, pero si no se la deja practicar porque se le da todo hasta casi los dos años algunas veces (en la escuela infantil le he llegado a dar purés a un niño de tres años, porque no sabía coger la cuchara y se negaba incluso a comer cosas que no fuesen trituradas), pues no nos apetece, preferimos dejarle a mano todo lo que se pueda, adecuado a su momento evolutivo, claro. Un cuchillo no, pero una cuchara... ¿Qué problema hay? Golpea la mesa, prueba a coger, tíralo encima o al suelo...

Cuando mi bebé hace alguna cosa que pudiera llegar a molestarme en otro contexto, siempre me hago estas preguntas:

a) ¿Está poniendo en riesgo su vida o la nuestra?
b) ¿Está rompiendo algo?
c) ¿Si le digo que pare es peor lo que hace que hacerla llorar? Total, se va a cansar en un minuto. Y hay cosas más efectivas:

Cuando golpeaba la cristalera no le decía que parase, me ponía a su lado y acariciaba la cristalera diciéndole que así era mejor porque no se podía romper. Hace tiempo que no golpea la cristalera, si no que pasa la mano (y ahora también una servilleta, trapo o prenda de vestir, puesto ha comenzado su etapa de limpieza). ¿Es mejor enseñarle a ser delicada, corrigiéndole, u obligarla a dejar de hacer algo que a ella le da placer?

Y esta es mi reflexión de hoy. Acepto sugerencias para añadir o por qué no os gusta algo de su habitación, consejos, etc.

Un saludo y tengo que hablar de Cereza en los viajes, que han sido muy emocionantes, lejanos y maravillosos.

martes, 11 de julio de 2017

Viajar con un bebé

Cuando me quedé embarazada escuché varias veces: "el viajar se va a acabar". Que no volvería a realizar ninguno de esos viajes o escapaditas de fin de semana hasta que el bebé se convirtiera en niño y pudiera dejarlo con los abuelos...
Y salir. Ir de cenas, terraceo, a casa de amigos a comer y a jugar a juegos de mesa, estudiar...

¿De verdad se sigue con esa mentalidad en la época en que los billetes de avión son asequibles, los bebés apenas pagan y casi todo está adaptado?

¿Por qué hay que dejar de realizar las cosas que hacías tras la llegada de un bebé?

Seguí yendo a la facultad. Cierto que adaptando todo, llevándola a una de las asignaturas, otra asignatura abandonarla por falta de tiempo... y sí he aparcado a un ladito la carrera de magisterio por el tema de obligatoriedad presencial, pero estoy mirando otros cursos (como el de la Violeta, que caerá este año o el que viene) o de asesora continuum (por los temas que se tratan). Y aunque me dé un año para cuidarla al 100%, puedo seguir leyendo y estudiando por mi cuenta.

Hemos seguido saliendo a comer, cenar y jugando a juegos de mesa en casa de nuestros amigos. Y ellos en la nuestra. ¿Qué problema hay? El padre sigue saliendo de fiesta semanal o quincenalmente, como antes, y yo sigo quedándome en casa como antes de quedarme embarazada porque no me gusta salir. Yo soy más de pasear y ver una peli/serie antes de dormir, en verano ir a una terracita a merendar o cenar con las tapas...y considero que es uno de mis grandes vicios, mi jarrita de cerveza sin alcohol con limón, hay varios bares que solo me he de sentar y aparece la jarra sin necesidad de pedir. Y sí, voy sola con la niña, paseo, jarrita fresquita y a casa. La niña juega con el collar de lactancia mientras me cuenta historias y rompe servilletas, y yo disfruto de sus gritos, la brisa y la bebida fría.

En cuanto a viajar, Cereza cogió su primer avión con un mes y medio de vida, para conocer a su familia mallorquina. Pero también con menos de dos meses fue a Segovia, Toledo y con dos meses y en adelante también a Ávila, Arnedo (Rioja), Medinaceli (Soria), Ponferrada (León) y Toledo varias veces más, al pueblo y a bañarse al río...fue a Mallorca otra vez...y desde esta semana que ya va a tener DNI las posibilidades de viajar más lejitos aumentan.

En 6 meses nuestra hija ha viajado más que los que nos decían "el viajar se va a acabar". Yo entiendo que haya gente que tenga reparos en viajar con un bebé desde recién nacido o menor de X meses.
Pero es que realmente a nosotros no nos ha supuesto un problema. Que se tarda mucho más en coche, sí, hay que hacer paradas cada poco, sea porque llora o para sacarla de la silla. Que es más engorroso coger un avión...en nuestro caso no mucho, aunque el 2º viaje que fui con carrito al ir sola con la niña, bolsas, maleta...sí que eché de menos al padre, para plegar el carrito y pasar el control tenían que ayudarme los de seguridad, para sentarme con los brazos ocupados por el cinturón y el chaleco del bebé, el agua, el bolso, la niña... también tenía que ingeniármelas...sí, demasiadas cosas para una sola persona y pasar el control fue un suplicio. Si bien es cierto que con mes y medio apenas noté su peso la hora de vuelo teniéndola encima, y el padre me ayudó, pero con casi 6 meses y más de 7kg yo sola... pues no me imagino tenerla encima en agosto que volvemos a la isla. Menos mal que en agosto estará el padre.

He de decir que las dos veces he ido con Iberia Express, y genial, embarque prioritario, el carrito lo dejas en la misma puerta del avión y lo recoges en la puerta al salir, en el control de la T4 de Barajas vas por la puerta especial familias/carrito. Es mucho más cómodo. En el aeropuerto de Palma no tienes accesos diferentes a control, y no sé si en otras terminales del aeropuerto de Madrid son iguales que la T4, que me parece ideal.

Lo mejor de viajar con un bebé lactante de pecho es que no has de llevar botes de agua, leche en polvo, etc...solo unos pocos pañales y en destino comprar más. Y la ropita (y nosotros repetimos mucho su ropa, así que poca). Ah, y nada de cunas plegables ni nada, porque duerme con nosotros. Maravilloso. Y el cochecito llevarlo porque empieza a pesar y aguanta más en el carrito, porque portearla mucho rato me cuesta mucho.

Para los viajes en coche inicialmente utilizábamos el maxicosi que venía con el carrito (el de Chicco), pero le tenía muchísima manía por la postura del bebé y al ser una silla de sujeción de 3 puntos no me parecía la más segura. Así que a los dos meses compramos una Klippan, el pack Triofix. Quería una silla a contramarcha hasta el máximo tiempo posible y ya que íbamos a dejarnos una cantidad de dinero considerable, pues que durara lo máximo. He de decir que aunque nos salió caro el desembolso, mirando sillas a contramarcha por separado, desde nacimiento en adelante, no salía tan caro, ya que venían las dos sillas + la base para el isofix.

Viajar en coche, el maxicosi de Chicco cómo le quedaba antes y ahora. La utilizamos como sillita de emergencia en Madrid, en Mallorca, cuando hemos de ir en varios coches...:
Maxicosi Chicco con adaptador, bebé 1 mes
Maxicosi Chicco sin adaptador, bebé 5 meses
Y la silla Klippan Kiss, la diferencia en especial la postura de la cabeza, el cuello:


Tenemos el espejo para poder verla, y a veces me arrepiento ya que cuando le da por llorar
me pone malísima verle la cara, cómo se agobia la pobre.

Y para los que no están seguros de viajar, solo decir que en mi opinión, el bebé debe de salir de casa. Que los padres deben de seguir haciendo sus vidas y realizando sus hobbies. Un bebé es adaptar tu vida a la nueva persona, no dejar de hacer cosas tras su llegada. Se hace menos veces, no lo niego, o no todas las que te gustaría o como te gustaría porque es muy pequeño, pero no se deja de hacerlas. Me encantaría hacer senderismo como antes, ahora solo podemos hacer un pequeño paseo por un monte cercano, pero no dejamos de ir al monte. No sé si me explico.

Y pienso que viajar es una manera maravillosa de vivir la vida. Nosotros ahorramos anualmente para eso, ya sea para pequeñas escapadas (España, Europa) o grandes viajes (fuera de Europa). El mundo no termina en nuestra casa, nuestro lugar de trabajo, casa de amigos/familiares... el Mundo es enorme y nos encanta la idea de transmitirle eso a nuestra hija. Pienso que todos podemos ser felices o encontrar un buen futuro allá donde la vida te lleve. No necesitas el mejor trabajo, el máximo de dinero... solo encontrar tu lugar. Y ese lugar no tiene por qué ser en la misma calle o ciudad donde te has criado. Y lo mejor para descubrirlo es saliendo de tu zona. Y eso es lo que hacemos, y ella también lo hace y lo hará mientras viva con nosotros. Esa es mi opinión, y me gustaría que, aunque no compartiera mi opinión en un futuro, por lo menos la comprendiera.

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viernes, 7 de julio de 2017

Cómo ayudar a tu hijo a adquirir hábitos en casa

Imagen extraída de: https://camilafigueroa345.wordpress.com/habitos-de-vida-saludable/

Los adultos tenemos unos hábitos y unas rutinas muy marcados. Llevamos años haciendo lo mismo. Levantarnos, asearnos, desayunar, ir a trabajar/estudiar, comer, siesta/rato libre, etc,...


Antes de nada, explicar la diferencia entre hábito y rutina.  El hábito es la automatización relativa de una acción o habilidad. Los hábitos son las conductas, actitudes o comportamientos que conllevan pautas conductuales y de aprendizaje, son constantes y flexibles, pudiendo adaptarlos a las diferentes situaciones y entornos (por ejemplo: la higiene personal, tirar la basura a la papelera) . Las rutinas, en cambio, son una secuencia invariable de instrucciones que forman parte de un programa establecido y se puede realizar en cualquier momento y una vez son aprendidas el niño las desarrolla diariamente (por ejemplo: recoger los platos o los juguetes al terminar).


Para un adulto es fácil, somos seres racionales y estamos acostumbrados ya que forma parte de nuestro día a día y llevamos años haciéndolo.

Pero para un niño, adquirir estos hábitos, requieren de un tiempo y un esfuerzo considerable que, gracias a la ayuda y al ejemplo de las personas que le rodean, cobrarán cada vez más fuerza. Por eso antes de comenzar a trabajar las rutinas y los hábitos hay que tener en cuenta de que los bebés/niños hayan alcanzado un desarrollo necesario para que lo comprendan y puedan realizarlo, que hayan adquirido unas habilidades básicas tanto de ejecución como de planificación. Han de poder realizarlo físicamente (que tenga fuerza, coordinación mano-ojo...) y ser conscientes, comprender lo que se les pide y la secuencia de acciones que conforman el hábito o rutina...


Esto quiere decir que con un bebé de meses, trabajar rutinas y hábitos sería prematuro, pues no tienen la mente preparada para entender por qué todos los días les cambiamos el pañal, les vestimos, les damos de comer, mamá y/o papá le dejan un montón de tiempo con otras personas, le llevan de un lado a otro... Se hace, se le puede explicar por qué aunque no lo comprendan, pero ellos simplemente ven que otra vez haces algo que no entienden y les puede gustar o no, y que estás tranquilo y le hablas. Y poco más. Es más adelante, gracias a la adquisición del lenguaje, que se va formando una idea de todo, cuando comienza a entender las palabras y ponerle nombre a las cosas que haces (Vygotsky relacionaba el pensamiento con la adquisición del lenguaje). Por eso es tan importante hablarles, el léxico y el tono.


Hay que tener en cuenta los espacios y los instrumentos que utilizaremos, en el hogar, en el aula, en la calle, en cualquier lugar donde nos encontremos, han de ser adecuados y de fácil acceso y utilización. El grado de dificultad no solo está relacionado con la edad o el desarrollo del niño, sino también de los instrumentos y sus características (no es lo mismo darle un vaso a un bebé de 6 meses que a un niño de 2 años, o un cepillo de dientes a un niño de 2 años que al de 4). Saber que depende de qué momento de desarrollo del niño nos encontremos, será meramente iniciarle e introducirle a ese hábito, o trabajar y mejorar su adquisición.


Los espacios han de ser adecuados: para los hábitos relacionados con la alimentación el niño ha de verlo como un espacio agradable, cómodo, espaciosos y con el mobiliario adecuado. O si es para dormir, tranquilo y donde se sienta protegido. Claro que en casa es más fácil que en un aula, que hay que adecuarla según la necesidad: está el salón/comedor/cocina donde se sentarán en la mesa con nosotros, la habitación donde duerma (padres/suya propia), etc. Desde bebé hemos ido llevándolos de un lado a otro de la casa según la necesidad, al baño a asearse, a la habitación a dormir  y a comer a la mesa, jugar al suelo, etc. Poco a poco irán aprendiendo y comprendiendo para qué sirve cada cosa y cada lugar de la casa, sus nombres, su función...
Los padres, como principales modelos de comportamiento del bebé/niño, debemos acompañarles siempre, ser constantes y sistemáticos. Si los hacemos con ellos es mucho mejor: vamos a recoger la mesa, vamos a lavarnos los dientes, vamos a ponernos el pijama, vamos a la cama (aunque luego cuando se duerma te vayas a ver la tele). Es mucho más efectivo si el niño ve que sus padres también lo hacen.

Crear hábitos de vida saludables comienza por la alimentación e higiene. Nunca descuidar la alimentación.


Es algo que me va a costar mucho, personalmente, y ya me está costando, en el ámbito de la alimentación...yo como muchísimo dulce y me cuesta horrores comprar menos o no comprar. Y jamás he comido tanta  fruta y verdura (desde que me quedé embarazada). Lo suyo es que los padres también adaptemos nuestra alimentación y a la larga saldremos todos beneficiados.


Porque no le puedes decir a tu hijo de 2 años que no puede comerse ese trozo de chocolate, donut, croasán, mientras tú te estás poniendo hasta las trancas, porque para ellos es malo. Para el adulto también es malo. Por esa regla de tres ninguno deberíais comerlo. Pues eso, eso es lo que peor voy a llevar como madre y persona adicta al chocolate y bollería en general. Por eso algunas de las recetas dulces de La Mamá de Pequeñita nos vendrán estupendamente...de lo malo, elegir lo menos malo.
Pero ni a un niño de 2 años ni a un bebé de 3 meses. Por eso evito comer guarradas delante de ella. En la oficina ya me estoy llevando fruta y sándwich de casa para no sentirme tentada en la cafetería. Ojalá un día deje de salivar al ver los mostradores de las panaderías, bares, etc. Los hábitos de vida saludables (alimentación, higiene, deporte) empiezan por los padres. Unos padres que no se involucran personalmente van a tener muchas más dificultades para que sus hijos los adquieran. Es un dolor, pero sé que a la larga nos va a beneficiar, aunque caiga algo, no es el volumen de guarrerías del pasado. De ser diario a semanal.


Hay que establecer unas normas y valores que toda la familia estemos de acuerdo y se cumplan. No nos sirve de nada decirle a nuestro hijo que ha de recoger siempre el plato cuando termine de comer, tirar la basura a la papelera o se lave los dientes antes de irse a dormir, si luego en casa de los abuelos les dicen que da igual, que ya lo hace todo la abuela, o tiras la publicidad del buzón al suelo al salir, o cruzas indebidamente la carretera o con el semáforo en rojo.
Hay que respetar no solo su desarrollo evolutivo, sino también su ritmo. Que tu vecina te diga que su hijo come en diez minutos en casa o en la escuela, no significa que tu hijo coma en 10 minutos en casa o con la abuela. Si tarda el triple que tú en lavarse las manos o los dientes, dejarle hacer. Si se le caen los cubiertos tres de cada cinco veces que te ayuda a llevarlos a la cocina...pensar en que tardan no solamente en hacerlo, sino también en conseguir ejecutarlo bien. Respetar su tiempo, su ritmo y lo que tarde en conseguirlo.


Cuando son bebés somos los adultos lo que lo hacemos todo, pero cuando ellos ya comienzan a hacerlo poco a poco, hay que ser muy constantes, coherentes y servir de ejemplo continuamente y ser conscientes de que un hábito no se da por asumido hasta la adolescencia, por mucho que a los 6 años ya no trabajen los hábitos en la escuela. Si se da por hecho de que los niños, desde que en la escuela infantil dejan de trabajarlos, ya los tienen automatizados y nos descuidamos de seguir con el modelado, de insistir, de fomentarlos, el niño puede dejar de hacerlo porque ya no lo considera necesario para tener el beneplácito de los adultos de alrededor. Más de una vez en mi familia y en otras familias he escuchado: antes lo pedía todo por favor, antes recogía siempre y me lo quitaba de las manos y quería siempre ayudar... ¿Cuándo dejan de hacerlo? Hay que ser constante, aunque creas que ya son "mayores", un niño de 9 años no es mayor, aunque hable, multiplique, corra, juegue y debatáis sobre las normas del hogar.


Espero que pueda servir de ayuda para los que estéis trabajando la adquisición de hábitos en el hogar, como veis, mucha paciencia y constancia. Si alguien tiene otra idea o truco que realiza con sus hijos en casa y desea comentar su experiencia, bienvenido sea el consejo.

jueves, 6 de julio de 2017

¿A qué juego con mi bebé durante los primeros 6 meses de vida?

Quizás muchos estaréis cansados (¡¡e incluso saturados!!) de ver cómo aparecen en casa sonajeros, cuentos, peluches, más cosas que hacen ruido, muñequitos...


En nuestro caso, creo que solo hemos comprado un 10% de lo que posee nuestra hija y yo consideraba esencial:



En nuestro caso, desde que nació nuestra hija, a la que voy a empezar a llamar por aquí: Cereza....

Desde que nació Cereza, en el primer momento que me quedé a solas con ella en la habitación del hospital, esa primera tarde que la sostuve entre mis brazos, le canté. Me sentí sumamente extraña. Le había cantado a otros bebés en la escuela infantil, ancianos, adultos, jóvenes, incluso en el teatro del Hospital Niño Jesús he cantado a niños súper agradecidos, pero jamás había cantado a un recién nacido. Y que ese recién nacido fuese mi hija me hacía sentir tan rara que me puse hasta nerviosa.

¿Y si no lo estaba haciendo bien? ¿Y si desafinaba? ¿Cómo iba a sentir mi bebé gusto por la música en un futuro si le rompía los tímpanos a cada desafine de mi basta voz?

Pero ahí estaba yo, cantándole Para dormir a un elefaaaante, se necesita un chupete gigaaaante, un sonajeeeero de coco, y saber cantaaaar un pooooco! Y fue un momento tan íntimo y me hizo sentir tan especial con la nueva miembro de la familia, que todavía hoy se la canto con cariño, incluso cuando llora en el coche y no se calma y se la canto a pleno pulmón desesperada para que en algún momento me escuche y siga el hilo histriónico de mi voz para poder bajar el volumen y volver a parecer un ser humano que simplemente canta mal especial.


BEBÉ DE 1 MES. Durante el primer mes de vida nuestros momentos con ella se definirían como:

  • Cogerla en brazos, mucho. Muchísimo. Cuna solo cuando estaba tranquila o dormidita. Comía sobre nosotros porque quería casi todo el rato pecho y brazos, y como no queríamos que llorase y solo se calmaba así, pues adelante.
  • Cantarle. Yo le cantaba y me inventaba canciones una detrás de otra. Cambiaba las letras. El padre también. La abuela. Todos le cantábamos, la cogíamos en brazos y la acunábamos hasta dormirla o relajarla sobre nuestro pecho cantándole. Me parece una de las formas más tiernas y bonitas de relajar a un bebé, y me encantaba que toda la familia participase en esa experiencia. Cereza ha sido muy agradecida con eso desde que nació, y nos hemos aprovechado bien estos meses para darle todo nuestro cariño, expresándolo en forma de abrazos, caminar con ella (en brazos y porteo), besos y masajes/caricias.
  • Contarle historias. Hablarle mucho. Da igual que no entienda las palabras. Entienden el tono. Le contábamos historias, chistes, cuentos inventados, anécdotas. Le comentaba qué le hacía o preguntaba si quería algo que iba a hacerle: ahora voy a cambiarte el pañal...¡ala! cuánto piiiiiiiiissssss, ¡ala! cuánta ca-ca (exagerando la voz), ¿quieres teti?, ¿quieres que te ponga la ropita? No pasa nada, te vestimos rápido y ya verás qué pronto terminamos y vamos a ver a la abuela (lloraba -y llora- cuando le vestimos-desvestimos, así que era pregunta y respuesta).
  • Ducharnos con ella. Para mí ese momento era y es de los más bonitos que comparto con ella. Desde recién nacida no la bañamos. La habremos bañado apenas 4 veces en una Tummy Tub que nos regalaron (yo quería una bañera pequeña, que apenas ocupase espacio -baño minúsculo- y que pudiera reutilizarse para almacenaje). No le tiene miedo al agua y hasta su primer baño de piscina a los 5 meses conmigo fue súper emocionante y positivo. A nuestra hija le pirra el agua, y uno de los motivos es que los momentos de agua los ha vivido desde un punto seguro y positivo junto con sus figuras de apego.
  • Ponerle cosas a su alcance. Un móvil en la cuna, un muñeco mantita de esos (nos regalaron 6...), un sonajero (hasta los 2 meses Cereza no tuvo)...En un principio no los coge, pero sí puede tocarlos, familiarizarse.
  • Pasear mucho con ella. Ya sea en el carro (cuco) o porteándola (casi siempre). El simple hecho de salir a la calle a dar un paseo es positivo. Aunque no enfocase, el sonido de las voces, nuestras y ajenas, las luces del centro comercial, la visión de los árboles y el cielo desde su punto de vista, que no sea solo el techo de casa o los barrotes de una cuna o mamá sentada frente al televisor...El contacto físico y el tono muscular del bebé se ve muy favorecido con el porteo. Cereza no tuvo cólicos ni problemas con los gases, y seguramente el porteo favoreció mucho ese aspecto (o simplemente es que es de esos bebés que nacen sin ese problema).





BEBÉ DE 2 MESES. Durante el segundo mes de vida, podíamos hacer más cosas, a lo anterior, añadimos:


  • Como seguía el movimiento, le pusimos un móvil en la cuna. Uno sencillo de peluches de colores que si le dabas cuerda sonaba la canción de cuna por excelencia.

  • También una manta con móvil, de esas de texturas y peluches colgando. Así pasaba más tiempo en el suelo y menos en la cuna.
  • Acercarle más a los animales. Durante el primer mes nuestras gatas se acercaban poco, y vetábamos que entrasen en la habitación y se subieran a la cuna (que dejábamos en el salón, ya que Cereza duerme con nosotros desde el primer día), pero al familiarizarse con ella y empezar a dejar la puerta de la habitación despreocupadamente abierta, las gatas pasaban cerca de Cereza y ella podía tocarlas. Podía sentir su calor, la suavidad de su pelaje, e incluso ver que se movían, ronroneaban y se tumbaban al lado. En nuestro viaje a Mallorca (donde reside mi familia), todos en mi familia tienen perros (y de los grandes) y gatos, y dejábamos que los perros la olieran e incluso le dieran algún lametón. Dedicaré una entrada a hablar sobre los beneficios de la interacción entre bebés/niños con animales, me parece tan esencial que basé mi proyecto de fin de curso en este tema.
  • Cada día ponerla un momento boca abajo. O tumbada encima mirando hacia el pecho. Para ver si levantaba la cabeza. Semana tras semana veíamos cómo aguantaba cada vez más. No se agobiaba al estar boca abajo. Solo eran unos segundos. He de decir que Cereza desde que nació (41 semanas) tenía mucho tono muscular, la cabeza la aguantaba un poco erguida y el pediatra nos dijo que tenía mucha fuerza. Luego en la revisión del primer mes nos preguntaron si estaba de 3 meses porque seguía el sonido, el movimiento y cuando la abrazaba sobre mi pecho, se separaba con sus brazos y giraba la cabeza, sosteniéndola perfectamente bastantes segundos, buscando de dónde venía el sonido. Era alucinante.

BEBÉ DE 3 MESES. En su tercer mes de vida:



  • Aumentamos el tiempo de ponerla boca abajo. Sostenía la cabeza desde el segundo mes, y no le incomodaba esa postura. La giraba de un lado y al otro y así jugábamos, mientras le acariciaba y le cantaba. No lo hacía en plan gimnasia y estimulación temprana, simplemente jugaba con ella de manera física, con masajes de por medio y mucho contacto físico mientras lo hacía.
  • Le encantaba el movimiento y un poco la brusquedad, así que jugábamos a "te-rre-mo-tooooooooo" y hacíamos temblar la cama o a ella suavemente, el carrito de un lado a otro, se reía tanto que no podías evitar reírte con ella.
  • Empezaba a pedir estar sentada, aunque no se sujetaba en esa postura. Era una pelea continua porque sabes que no es la postura adecuada si no se sostiene, pero lloraba tanto que al final cedíamos y al estar siempre encima nuestra (no tenemos ni hamaca ni nada para reclinarla y dejarla ahí y llevarla por toda la casa o fijarla en un sitio), pues la reclinábamos sobre nosotros y la sentábamos como pedía el mínimo tiempo.
  • Empieza a llevarse objetos a la boca sin ayuda. Fue una alegría ver cómo se llevaba la mantita peluche a la boca y empecé a darle los cuentos para que rechupeteara y maltratara (de tela y texturas). Y se emocionaba arrugándolo y llevándoselo a la boca un buen rato.
  • Le encantaba ya un cuento de dinosaurios de solapas que al abrirlo salía el dinosaurio del libro. Se lo leía con voz tan exagerada que me miraba y se reía. La verdad es que es un placer contarle cuentos a un bebé. Se lo leía por encima durante el segundo mes, pero en el tercer mes ya le notaba más interactiva.
  • Luces en la oscuridad. Tenemos una lámpara de estrellitas que iluminan la habitación como si fuese el cielo nocturno. Al reflejarlas en el espejo la habitación (media pared) se iluminaba el doble y parecía que no tenía fin, movíamos la lámpara y Cereza seguía las estrellas por toda la habitación boquiabierta. Podía pasar un buen rato hasta que se cansaba.
  • Manualidades con bebé. Estaba matriculada en la universidad de varias asignaturas y en una de ellas me dejaban llevar a Cereza. El profesor la llegó a utilizar de ejemplo y modelo para dejar sus huellas con técnicas creativas. Así que tengo varias huellas de ella y trabajos con ella de modelo.

BEBÉ DE 4 MESES. Su cuarto mes de vida fue mucho más entretenido, lo mejor de que vaya avanzando en su desarrollo es que se pueden hacer bastantes más cosas, sin dejar de lado lo que ya haces, simplemente vas añadiendo:


  • Ruido. Sonajeros, libros, objetos golpeando... provocaba distintos sonidos, hablaba en distintos tonos de voz (agudo, grave) y volumen (bajo, alto), onomatopeyas...Se quedaba embobada aunque pareciese que no se enteraba de nada, porque al variar volvía a llamarle la atención el nuevo sonido.
  • Girarle de lado a lado. Estaba empezando a girarse hacia un lado, así que la iba girando mientras jugaba con ella (siempre hablándole, riendo y con contacto físico). Se agobiaba cuando se giraba ella sola, porque no podía volver a ponerse boca arriba, así que la ayudaba a volver y la volvía a poner de lado y hacia arriba, para que poco a poco viera que no pasaba nada.
  • Hacer cosas de mala madre. Al interactuar más y dejarse hacer más cosas, le pinté cejas. Sí. Lo siento. Soy así de mala. Le pinté la cara y me reí mucho.
  • Salir mucho más. Empezaba a sentir predilección peligrosa hacia la tele y el móvil cuando lo tenía cerca de ella, así que fuera pantallas. Estaba todo el día fuera y cuando no sabía donde ir iba a casa de la abuela (dos calles más lejos), y si yo ya no tenía ideas para hacer con Cereza, la abuela las tenía: jugar, cantarle, brazos, besos, masajes, peluche de patito que le encantaba cuando hacía cuak cuak cuak (qué tendrá ese peluche)...la verdad es que la abuela paterna de Cereza es la mejor abuela que puede tener. No para de hacer cosas con ella, y las que se muere de ganas por empezar a hacer (me pregunta cuándo puede empezar a enseñarle a pintar -está impaciente- y quiere llevarla a yoga con ella...). También salíamos mucho más porque estaba en una etapa que no conseguía dormir la siesta, así que me la colgaba en la mochila y me iba dos horas al centro comercial y por la calle a dar vueltas mientras ella dormía.
  • Acercarle alimentos. Observé que Cereza se quedaba ensimismada mirándonos cuando comíamos, así que cuando era verdura o plátano o algo sano (si era una tableta de chocolate -estoy enferma- evitaba mostrarle lo gorda que me ponía), se los mostrábamos e incluso dejaba que los oliera. Aunque los alejaba en cuanto alargaba la mano. Así sabíamos que sentía ya curiosidad por la comida, aunque era demasiado pronto para dejarle coger.
  • Cuchara de madera de la cocina. Qué tendrán las cucharas de madera que se vuelven locos...
  • Papel. Le encanta romper papel. Tirar del mantel. Chuparlo. Le daba la publicidad al sacarla del buzón y al llegar a casa la tiraba hecha trizas. Me ahorraba el romperla yo durante la subida en el ascensor.

BEBÉ DE 5 MESES. A los 5 meses de vida tuvo un cambio de comportamiento, las rutinas empezaron a ser mucho más marcadas. Las siestas más largas. Las noches más largas también. Con la llegada del calor Cereza estaba mucho más adormilada (en eso nos parecemos bastante):

  • Iniciamos la alimentación complementaria. Me tenía que incorporar a trabajar en unas semanas, así que quería hacer su primer acercamiento a comida que no saliera de mi pecho. Me vi un curso online de BLW en Bitácoras, de Julio Basulto y me quité un poco el miedo, pero Cereza no estaba muy por la labor de comenzar con esta alimentación, así que lo único que hicimos fue dejar que cogiera los alimentos y ya. Se los llevaba a la boca y vomitaba las primeras veces como si se fuese a morir, así que simplemente le dejábamos experimentar. Ya comería, no había prisa. Los cereales con leche materna y agua tibia tomaba dos sorbos y a correr, la fruta la guarreaba entera y solo la probaba, le dimos un par de cucharadas de potito tanto casero como comprado y bien, pero ya está, dos cucharadas (que ella se llevaba a la boca, nunca obligarla a comer).
  • Su primera vez en la piscina. Sí, estaba súper nerviosa para ver cómo reaccionaría, ya que en uno de nuestros viajes en un hotel lloró en la bañera muchísimo (recordad que solo nos duchábamos con ella), así que tenía miedo de que temiera la visión de tanta agua...¡¡Pero qué equivocada estaba!! El agua fría, un calor horrible en el exterior y una niña con ganas de refrescarse con mamá. Me metí primero en el agua y mi amiga me la pasó, primero le mojé los pies, siempre mirando hacia mí y sonriéndole, diciéndole que no pasaba nada. Luego poco a poco le remojé el resto del cuerpo con el agua de la piscina (la de la ducha antes de entrar salía caliente), y ya la metí hasta el cuello. Su primera reacción fue de sorpresa y pensé que algo negativa, así que la miré riendo y de repente se empezó a reír y a gritar como una loca energúmena. Sigo sin saber si fue una experiencia positiva o negativa ese rato, pero luego se relajó y dejó que la metiéramos en el flotador de bebés y a pasearla por la piscina. Movía las piernecitas y estaba súper relajada (se quedo medio dormida en el flotador, y al cogerla empezó a buscar teta todavía dentro de la piscina). Lo mejor del agua es que se pega luego una siestecita a la sombra que da gusto.
  • Su primera vez en la playa. Volvimos a Mallorca a ver a la familia y la misma reacción en la playa. Se lleva las manos a la boca y toma toda la sal y yodo y cosas que pueda tener el agua, pero bueno, lo hace también en la piscina y la ducha y no puedo atarle las manos. Que experimente. Y lo mismo, agotadita y siesta rica.
  • Juega e interactúa más con las gatas y los perros. Desde el cuarto mes les agarraba fuertemente y tiraba del pelo. Pero en el quinto mes les tiraba mucho más fuerte y se quedaba rato siguiéndoles y jugando a tirarles de las patas, orejas, cola... cuando se tumbaban al lado. Los animales son tan pacientes con los bebés, alucinante. Tenemos que aprender de ellos muchísimo. El pitbull de mi amiga (la de la piscina) es súper-protector con Cereza y es increíble verle cerca en el sofá, el suelo, sobre nosotras...y el perro observándola y lamiéndola como si fuese su propia cría. Y siempre, siempre, siempre con los ojos de los adultos encima. Me fio de los animales, pero siempre vigilando.
  • Cesto de los tesoros. Acercamos a Cereza a que toque madera y sus diferentes texturas y formas. Todo lo que haga soniditos y tenga texturas de la casa lo ha hecho suyo y le encanta.
  • Se aguanta sentada y la ponemos en esa postura. Aunque no consiga ponerse ella (hace el amago en plan abdominal eterno y sobreesfuerzo hasta agobiarse), como la sentamos en la trona tanto para comer ella como nosotros (ya no cabe en la minicuna ni aguanta tumbada), ya no come encima nuestra, pero sí pasa sobre nosotros el resto del día si estamos en el sofá.
  • Se gira. Mucho suelo. En la cama gira de un lado a otro sola, hace la croqueta, da varias vueltas hasta casi caerse. Desde el cuarto mes dormimos con una barrera porque ya se giraba, pero ya voltea y revolotea. Se arrastra para llegar a la gata, al peluche, a la almohada, a la barrera y al final de la cama. Hay que tener un cuidado brutal. Hace amagos de levantarse para gatear pero no tiene fuerza todavía.
  • Lucha para no ponerla de pie. Cuando por fin tiene un desarrollo más en dirección al gateo, es intentar sentarla sobre nosotros y ponerse haciendo fuerza de pie, y son verdaderas luchas para sentarla. A veces la tumbo boca abajo solo para que deje de ponerse de pie y ella sola se entretenga dando vueltas.

BEBÉ DE 6 MESES. Ya en su sexto mes de vida, que es ahora, lo que hacemos es seguir con la lucha de que no se ponga de pie, la alimentación complementaria está siendo un éxito, aunque me sigo sacando leche en el trabajo y es la que toma al día siguiente (más la congelada para emergencias o no baste), come bastante fruta, cereales, trozos de pan y frutas. El padre, que es quien cocina en casa, le deja coger alimentos crudos para que experimente sus texturas, peso y sabor chupeteándolo, casi toda la comida se la dan con mi leche, ya ha empezado con las verduras cocidas también (calabaza, zanahoria, patata). Es genial ver cómo avanza.
Ya hemos comprado una alfombra para dejarla en el suelo y explore con su arrastre.
También hemos desempolvado vasitos para apilar. Y seguimos con los cuentos, canciones y todo lo dicho anteriormente.
Cu-cu Tras!! Se ríe un montón cuando apareces después de desaparecer tras la puerta, el sofá, la cama... Y es graciosísimo ver cómo te busca cuando preguntas ¿dónde está mamá?

Y hasta aquí puedo leer, porque tiene 6 meses y una semana. A ver cómo avanza el mes y qué más cosas hacemos con ella. De momento todo es experimentar, cuentos, canciones, contacto físico, porteo y salir mucho.

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martes, 4 de julio de 2017

El desarrollo motor en los primeros años de vida del bebé (0-6 años)

Este es un tema que genera mucha controversia.
Durante nuestra formación, la profesora incidía mucho en que no teníamos que preocuparnos por el momento en que alcanza un hito en el desarrollo motriz, solo sería preocupante si no alcanzaba ese hito. Todas las fechas con las que estudiábamos eran puramente orientativas.

Que un niño se desarrolle físicamente antes o después que otro, no quiere decir que vaya a ser más o menos inteligente o fuerte o súper deportista, o que hable antes que otro, o que escriba antes... simplemente su desarrollo está yendo más adelantado que otros niños. Y quizás el niño que lo alcance después lo desarrolla mucho mejor, o al contrario. La gracia de todo esto es que gracias a juegos que estimulen esas habilidades pueden mejorar mucho.

Este es un listado con el que trabajábamos en clase/escuela, el cual me gustaría compartir para iniciar un poco el tema educativo del blog. Sin saber en qué momentos más o menos los niños van alcanzando diferentes hitos motrices, no podremos adaptar a sus necesidades los juegos, juguetes, actividades, etc., que vamos trayendo a nuestro hogar:


EL DESARROLLO MOTOR: HITOS MOTRICES NIÑOS 0-6 AÑOS

0-3 MESES

- Boca abajo, levanta la cabeza unos instantes.
- En brazos, mantiene la cabeza erguida un rato.

3-6 MESES

- Voltea la cabeza hacia los sonidos.
- Consigue girarse de un lado a boca abajo y viceversa.
- Boca abajo se sostiene sobre los brazos y levanta la cabeza.
- Sostiene la cabeza sentado con apoyo.
- Estira los brazos, coge y suelta intencionadamente objetos.
- Juega con pies y manos y los coge.
- Golpea objetos.
- Boca abajo está tranquilo y se sostiene apoyado con las manos.

6-9 MESES

- Recoge objetos a modo de rastrillo o toma palmar y se los pasa de una mano a otra y les da la vuelta en las manos.
- Es capaz de sostenerse un rato sentado apoyando las manos.
- Intenta alcanzar objetos de fuera de su alcance y se arrastra.
- Pinza digital inferior (dedo gordo-mano).
- Puede jugar con un objeto en cada mano.

9-12 MESES

- Puede mantenerse en pie con ayuda.
- Gatea y trepa.
- Pinza digital superior. Come solo con los dedos.
- Se pone de rodillas.
- Sentado puede girar.
- Agarrado a una barra puede agacharse e incorporarse.

12-15 MESES

- Puede dar los primeros pasos.
- Se balancea arrodillado.
- Sube escaleras gateando.
- Se pone en pie sin necesidad de apoyo.
- Sentado lanza una pelota.
- Abre cajones, coge y saca cosas de cajas.
- En marcha puede ir hacia los lados y arrastrando objetos.
- Coge los juguetes de otros niños.

15-18 MESES

- Inicia carrera y salto.
- Garabatea con colores.
- Puede pasar páginas. Movimiento rotatorio manual.
- Coge la taza con las dos manos. Utiliza con independencia las manos.
- Es capaz de tirar una pelota de pie.
- Sube escaleras ayudado de manos.
- Se agacha a coger objetos sin caerse.

18-24 MESES

- Baja escaleras con ayuda de las dos manos.
- Arroja una pelota dentro de una caja.
- Da patadas a un balón.
- Juega en cuclillas.
- Intenta desenroscar el tapón de una botella.
- Salta con los dos pies sobre el sitio.
- Imita trazos sencillos.
- Enhebra una cuerda de diámetro grande.

24-36 MESES

- Salta con los dos pies en el sitio.
- Se lleva el vaso y la cuchara a la boca.
- Salta hacia delante.
- Desenrosca botellas.
- Sube y baja escaleras sin ayuda.
- Camina de puntillas.
- Puede recibir una pelota grande.
- Acelera y desacelera al correr con control.
- Sostiene el lápiz sobre los dedos.
- Guarda equilibrio sobre una línea. Trepa espalderas.
- Salta con los pies juntos una cuerda.
- Puede hacer una torre de 8 cubos.

3-6 AÑOS

- Pedalea.
- Se viste/desnuda y se pone zapatos.
- Corre y se gira, controla velocidad, parada y de puntillas.
- Salta a 20 cm.
- Se lava y seca bien las manos y la cara.
- Lateralidad definida (izquierda y derecha)
- Perfeccionamiento de carrera, salto y lanzamiento.


Por ejemplo, mi bebé solo tiene 6 meses y ya se lleva alimentos a la boca (baby led weaning), el vaso lo coge con las dos manos y a la boca (con ayuda...y sin ayuda a la 5ª o 6ª vez), la cuchara con ayuda también (o se la tira al ojo)... pero seguramente gracias a esa ayuda y a dejar que lo pruebe de hacer ella sola, aunque falle, consiga ese hito motriz antes que otros niños a los que su alimentación se basa en biberón y llevarle la cuchara al estilo "avioncito". O quizás no. Nunca podemos generalizar en el tema del desarrollo.


En estas imágenes encontraréis más información sobre los hitos, las colgué en otro blog que hice solo con apuntes de clase, en este blog mi idea es llevar a la práctica esos apuntes contando mi experiencia como madre:

viernes, 30 de junio de 2017

Respetando los diferentes estilos de crianza

Parece que cuanto más acceso a información tengamos y más libertad de expresión disfrutemos, mayor es la euforia que ponemos en defender nuestras ideas.

Leo mucho sobre estilos de crianza, ya sea porque me gusta estar informada, como madre, de las tendencias actuales y leer opiniones de otras madres, pediatras, psicólogos y demás especialistas... o porque me interesa como educadora infantil, saber qué tipos de padres y estilos puedo encontrarme en el futuro si ejerzo en una escuela infantil, o para coger ideas sobre qué nos conviene más, si funciona probarlo o desecharlo si no creo que sea respetuoso con mi bebé a mi forma de verlo, etc.

Es curioso leer continuamente la de piedras que se tiran madres y padres, profesionales del sector o pseudo-profesionales, sobre no llevar a rajatabla su modo de ver las cosas, llegando a hacer sentir mal a padres que dan tardíamente con su -supuestamente- más correctísima información e incluso llegando al insulto con los que les dicen que no es lo más correcto (¿quién dice que no es lo más correcto? Quizás para esa persona sí).

Puedo afirmar que detesto el método de Estivill (parece el comodín, por ser el más conocido), pero no puedo decir que sea un monstruo, aunque considere que su método no es respetuoso con los niños. Yo no lo considero respetuoso, o tú, u otra madre u otros especialistas. Pero su método ha ayudado a padres que han buscado información en un momento en el que lo necesitaban, o no, o quizás dieron con él el primero y no buscaron más, pero les funcionó. Y no por eso son peores padres. Incluso padres anti-Estivill, desesperados por su reincorporación al trabajo y necesidad de sueño nocturno, han recurrido a algún consejo dictado en su libro para conseguir que todos duerman, aunque yo no sienta que sea lo más respetuoso, pero sí lo más necesario para ellos.

No estoy haciendo una defensa a autores menos respetuosos con los niños, porque los hay, los hubo y los va a seguir habiendo (aunque la tendencia está cambiando, por suerte): estoy defendiendo a los padres que encuentran esa información y en su fuero interno saben que están haciendo lo mejor para sus hijos. Independientemente que yo, o tú, u otra persona que está leyendo esto, esté o no de acuerdo.

Crianza respetuosa es, a mi modo de ver: respetar a los padres también.

No hablo de padres que maltratan o ignoran a sus hijos, padres negligentes que no se hacen cargo de sus hijos. Unos padres que se informan y buscan técnicas de crianza, son unos padres preocupados por sus hijos. Y merecen todo mi respeto, me guste o no el método escogido.

Que yo no lo haría... pero nunca diré de este agua no beberé.

Un ejemplo: soy pro-porteo (ergonómico) y anti maxicosi. Carro sí, pero adecuado al desarrollo del bebé, si no se sienta, al cuco. Y ese tipo de cosas.
Mi bebé de 5 meses lloraba como si se fuese a morir cada vez que la tumbaba en el cuco, así que cambié a la silla de paseo. Me dolía horrores la espalda de portearla delante porque, aunque pese lo suficiente para llevarla a la espalda, no conseguía permanecer sentada más de unos segundos y en seguida requería ayuda. He de decir que mi bebé desde los 4 meses sólo quería estar sentada o lloraba la vida, así que la colocábamos como quería. Y bueno, opté por sentarla en la silla algo reclinada, pero funcionó un par de semanas... y de repente: lloraba y noté que solo le relajaba la silla del coche (maxicosi) cuando le llevaba a algún sitio, así que la senté ahí y dejó de llorar unos días. La estuve paseando por el centro comercial en mi peor enemigo. Me sentía la peor madre del mundo y, ¿sabéis por qué?
Porque he leído tanto que el maxicosi es malo, malísimo, para la postura del bebé, que me deprimía viendo que era la única manera de llevarla sin reventarme la espalda. Me puede gustar poco o nada algo, pero luego resulta que solo funciona eso entre todas las posibilidades posibles. Así que aguardar y esperar a que se le pase (por suerte duró unos días, y otra vez de vuelta a portear y carrito sentada).


Pues al igual que a veces los adultos tenemos que ceder y hacer cosas que no nos gustan (incorporarnos a trabajar dejando a un bebé de pocos meses en la escuela o con los abuelos u otras personas), decir que sí al jefe cuando no te apetece hacer lo que manda, seguir trabajando de camarera cuando tú estudiaste una ingeniería y tenías sueños... los bebés y los niños también tendrán que ceder a hacer cosas que no quieran o no gusten. Y lo hacen, lloran. Y tú les calmas como puedes (brazos, teta, sacándolos del restaurante, meciéndoles, durmiéndoles...). Y tendrán que estar con una profesora desconocida porque tú has de ir a trabajar, y él no quiere. Y tendrás que llevarle en el maxicosi o ese viaje en coche aunque llore, porque necesitas salir de la rutina y marcarte un viaje. A vacunarle aunque deteste las agujas. Y le explicarás y tranquilizarás como puedas, porque aunque no comprenda todavía el sentido de tus acciones ni tus palabras, poco a poco comprenderá que la vida es movimiento. La vida es hacer cosas que te gustan y quieres hacer, y cosas que no te gustan y no quieres hacer. Y aunque de bebés les llevemos a todas partes sin preguntarles opinión y les calmemos como podamos, respetamos al máximo su opinión, su llanto, su manera de expresar que algo no le gusta, y a veces respetar su decisión (hoy quiero maxicosi, hoy quiero brazos todo el día -pero mamá tiene la espalda para tirar a la basura-, hoy no quiero teta porque estoy con los mocos y me ahogo y me encuentro mal), aunque sepamos que no es lo más respetuoso para su salud, su postura, su desarrollo, lo haces, porque no quieres verle llorar, porque no puedes calmarle con absolutamente nada más. Y sí, supongo que es denegarles cosas y permitirles otras. No le dejas jugar con un cuchillo pero sí con una cuchara de madera aunque llore porque quiere el cuchillo. No le dejas sentarse en un asiento de clavos pero sí en el maxicosi aunque no lo soporte, porque su ilusión es ir en ese asiento de clavos. Supongo que es ir mirando que la opción que escoges, aunque no sea la más respetuosa, es la menos mala.


Me doy cuenta, tras mi reciente maternidad, que ser padres es experimentar continuamente con el ensayo y error. Ceder en cosas que juraste que nunca harías. Respetar que otros lo hagan aunque a ti ni se te ocurrirían (porque quizás en un futuro utilices algo de eso en un momento de necesidad o desesperación). Evitar criticar a otros porque no te gusta lo que hacen....


En definitiva, me resulta más fácil ser madre pensando que estoy haciendo lo mejor para mi hija. No siento que sea una justificación, si no una realidad. Absolutamente todos los padres que buscan información sobre crianza y siguen un método, lo hacen con un mismo fin: hacer lo mejor para sus hijos. No podemos criticarles. Pero sí podemos informarles. Podemos decirles: "pues si te gustó X, mírate Z, dice lo contrario y tú decide qué prefieres". Ser respetuoso con los bebés empieza por serlo con los padres también. Fomentemos el respeto entre padres, estilos de crianza y bebés. Podemos aprender mucho todos de todos, y coger cosillas de aquí y allá que más se ajusten a nuestras necesidades.


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jueves, 20 de abril de 2017

Beneficios de la Escuela Infantil (0-3)

Aunque en la anterior entrada podría parecer lo contrario debido a mi opinión personal sobre que prefiero que mi bebé, ya que podemos, pase los primeros años de vida con sus padres, la Escuela Infantil es un servicio que ofrece a los padres que no pueden dejar sus trabajos, ni variar sus horarios, el mejor cuidado para sus hijos.

Beneficios que tiene escolarizar a un bebé en el primer ciclo (0-3) de la Escuela Infantil:


  1. Lugar seguro, con profesionales encargadas (mayoría mujeres) del cuidado y educación de los bebés.
  2. En hogares de bajo nivel socioeconómico y/o educativo, se ha demostrado que la escuela suple las carencias que puedan tener en el hogar (educativas, lingüísticas, afectivas, materiales, higiénicas, alimentarias...)*
  3. Trato con iguales. En la escuela tienen más modelos, no solo su familia y adultos. Con sus iguales comprende que no es el único que requiere la atención del adulto, que ha de esperar, que no siempre puede tener ese juguete ya que puede haberlo cogido otro primero, comienzan a controlar la frustración (al final del primer ciclo)...en casa con hermanos también (y sin ellos), pero no ha de luchar por la atención del adulto con otros 13 ó 19 niños.
  4. Detección precoz de algún posible problema o trastorno. Estimulación temprana por profesionales. Es de lo mejor de la escuela, que actúa y ayuda a las familias a afrontar estos problemas que pueden darse.



¿Pero por qué no escolarizo a mi hija si se ha demostrado** incluso que la escuela infantil es beneficiosa para obtener un  mejor rendimiento escolar en el futuro?

Porque podemos. Yo trabajo de mañanas y el padre de tardes. También porque pienso que no hacen nada que no puedas ofrecer a tu hijo en casa: rutinas (higiene, alimentación, sueño) y hábitos, aprendizaje de las competencias básicas (iniciación a las matemáticas, a la lecto-escritura...). Cómo potenciar su desarrollo cognitivo y motor en el hogar. Nada que los padres/abuelos que les tienen en casa no hagan.

Por supuesto, durante los primeros meses de vida del bebé ya se hacen un montón de cosas con él, aunque no lo parezca: cantarles, hablarles, cogerles, realizar masajes...todo eso es beneficioso para su desarrollo, en especial el afectivo y lingüístico, pero también el social y motórico.

En la escuela es lo que hacen: les cantan, juegan, asocian, bailan, pintan, etc... ¿en casa no podemos dedicarles 20-40 minutos diarios a desarrollar alguna de estas actividades? Y dejarles jugar, pintar o que hagan lo que les apetezca (aburrirse, por ejemplo), durante otro rato. El resto del tiempo, en la escuela, son rutinas: asamblea, juego/actividad, lavarse, ir al baño, comer, siesta, lavarse, otro rato de juego/actividad y esperar a papá/mamá.

¿Pero en casa el niño no socializa con otros niños?

Si eso preocupa, socializar con iguales lo hace en el parque, actividades como ir a matronatación...

De todas formas los niños no socializan como tal, bastante  tienen con la formación del yo descubriéndose a sí mismos. Hacen mayoritariamente juego heurístico (utilizar materiales dándole otro uso), simbólico (hacerse pasar por papi y mami, médicos, frutero...) y paralelo (varios niños jugando con los mismos cochecitos pero cada uno juega su juego) en esas edades.
Es por ello que el simple hecho de estar con sus padres, salir al parque y a comprar es suficiente para que el bebé socialice. Lo que necesita es sentirse seguro en un ambiente de confianza, no hace amigos todavía.

La Escuela es beneficiosa y ayuda, pero si eres papá-mamá y quieres enseñar a tu bebé en casa, no hay ningún problema en ello, simplemente dedícale un tiempo cada día a hacer alguna actividad. 

En mi blog pretendo mostraros cómo llevar a cabo unidades didácticas tal y como se realizarían en la escuela, como por ejemplo trabajar los días de la semana, meses del año, estaciones, animales, números, partes del cuerpo, recursos didácticos del inglés, juegos, decoraciones, etc... adaptadas para el hogar, según vaya realizándolas con mi hija en casa (espero que con ejemplos gráficos acompañando).
De esta manera, nuestros bebés no solo realizarán lo mismo que otros niños que sí están escolarizados, si no que además seremos sus familiares los que disfrutaremos compartiendo con ellos esos momentos.


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*/** Según informe PISA (2011) elaborado por la OCDE, muestra que la escolarización temprana es beneficiosa para la obtención de un mejor rendimiento escolar en el futuro, en especial en la competencia lectora.
En el informe de 2013, recalca que también repercute en su rendimiento el nivel de estudios de los padres (en especial de la madre).