viernes, 7 de julio de 2017

Cómo ayudar a tu hijo a adquirir hábitos en casa

Imagen extraída de: https://camilafigueroa345.wordpress.com/habitos-de-vida-saludable/

Los adultos tenemos unos hábitos y unas rutinas muy marcados. Llevamos años haciendo lo mismo. Levantarnos, asearnos, desayunar, ir a trabajar/estudiar, comer, siesta/rato libre, etc,...


Antes de nada, explicar la diferencia entre hábito y rutina.  El hábito es la automatización relativa de una acción o habilidad. Los hábitos son las conductas, actitudes o comportamientos que conllevan pautas conductuales y de aprendizaje, son constantes y flexibles, pudiendo adaptarlos a las diferentes situaciones y entornos (por ejemplo: la higiene personal, tirar la basura a la papelera) . Las rutinas, en cambio, son una secuencia invariable de instrucciones que forman parte de un programa establecido y se puede realizar en cualquier momento y una vez son aprendidas el niño las desarrolla diariamente (por ejemplo: recoger los platos o los juguetes al terminar).


Para un adulto es fácil, somos seres racionales y estamos acostumbrados ya que forma parte de nuestro día a día y llevamos años haciéndolo.

Pero para un niño, adquirir estos hábitos, requieren de un tiempo y un esfuerzo considerable que, gracias a la ayuda y al ejemplo de las personas que le rodean, cobrarán cada vez más fuerza. Por eso antes de comenzar a trabajar las rutinas y los hábitos hay que tener en cuenta de que los bebés/niños hayan alcanzado un desarrollo necesario para que lo comprendan y puedan realizarlo, que hayan adquirido unas habilidades básicas tanto de ejecución como de planificación. Han de poder realizarlo físicamente (que tenga fuerza, coordinación mano-ojo...) y ser conscientes, comprender lo que se les pide y la secuencia de acciones que conforman el hábito o rutina...


Esto quiere decir que con un bebé de meses, trabajar rutinas y hábitos sería prematuro, pues no tienen la mente preparada para entender por qué todos los días les cambiamos el pañal, les vestimos, les damos de comer, mamá y/o papá le dejan un montón de tiempo con otras personas, le llevan de un lado a otro... Se hace, se le puede explicar por qué aunque no lo comprendan, pero ellos simplemente ven que otra vez haces algo que no entienden y les puede gustar o no, y que estás tranquilo y le hablas. Y poco más. Es más adelante, gracias a la adquisición del lenguaje, que se va formando una idea de todo, cuando comienza a entender las palabras y ponerle nombre a las cosas que haces (Vygotsky relacionaba el pensamiento con la adquisición del lenguaje). Por eso es tan importante hablarles, el léxico y el tono.


Hay que tener en cuenta los espacios y los instrumentos que utilizaremos, en el hogar, en el aula, en la calle, en cualquier lugar donde nos encontremos, han de ser adecuados y de fácil acceso y utilización. El grado de dificultad no solo está relacionado con la edad o el desarrollo del niño, sino también de los instrumentos y sus características (no es lo mismo darle un vaso a un bebé de 6 meses que a un niño de 2 años, o un cepillo de dientes a un niño de 2 años que al de 4). Saber que depende de qué momento de desarrollo del niño nos encontremos, será meramente iniciarle e introducirle a ese hábito, o trabajar y mejorar su adquisición.


Los espacios han de ser adecuados: para los hábitos relacionados con la alimentación el niño ha de verlo como un espacio agradable, cómodo, espaciosos y con el mobiliario adecuado. O si es para dormir, tranquilo y donde se sienta protegido. Claro que en casa es más fácil que en un aula, que hay que adecuarla según la necesidad: está el salón/comedor/cocina donde se sentarán en la mesa con nosotros, la habitación donde duerma (padres/suya propia), etc. Desde bebé hemos ido llevándolos de un lado a otro de la casa según la necesidad, al baño a asearse, a la habitación a dormir  y a comer a la mesa, jugar al suelo, etc. Poco a poco irán aprendiendo y comprendiendo para qué sirve cada cosa y cada lugar de la casa, sus nombres, su función...
Los padres, como principales modelos de comportamiento del bebé/niño, debemos acompañarles siempre, ser constantes y sistemáticos. Si los hacemos con ellos es mucho mejor: vamos a recoger la mesa, vamos a lavarnos los dientes, vamos a ponernos el pijama, vamos a la cama (aunque luego cuando se duerma te vayas a ver la tele). Es mucho más efectivo si el niño ve que sus padres también lo hacen.

Crear hábitos de vida saludables comienza por la alimentación e higiene. Nunca descuidar la alimentación.


Es algo que me va a costar mucho, personalmente, y ya me está costando, en el ámbito de la alimentación...yo como muchísimo dulce y me cuesta horrores comprar menos o no comprar. Y jamás he comido tanta  fruta y verdura (desde que me quedé embarazada). Lo suyo es que los padres también adaptemos nuestra alimentación y a la larga saldremos todos beneficiados.


Porque no le puedes decir a tu hijo de 2 años que no puede comerse ese trozo de chocolate, donut, croasán, mientras tú te estás poniendo hasta las trancas, porque para ellos es malo. Para el adulto también es malo. Por esa regla de tres ninguno deberíais comerlo. Pues eso, eso es lo que peor voy a llevar como madre y persona adicta al chocolate y bollería en general. Por eso algunas de las recetas dulces de La Mamá de Pequeñita nos vendrán estupendamente...de lo malo, elegir lo menos malo.
Pero ni a un niño de 2 años ni a un bebé de 3 meses. Por eso evito comer guarradas delante de ella. En la oficina ya me estoy llevando fruta y sándwich de casa para no sentirme tentada en la cafetería. Ojalá un día deje de salivar al ver los mostradores de las panaderías, bares, etc. Los hábitos de vida saludables (alimentación, higiene, deporte) empiezan por los padres. Unos padres que no se involucran personalmente van a tener muchas más dificultades para que sus hijos los adquieran. Es un dolor, pero sé que a la larga nos va a beneficiar, aunque caiga algo, no es el volumen de guarrerías del pasado. De ser diario a semanal.


Hay que establecer unas normas y valores que toda la familia estemos de acuerdo y se cumplan. No nos sirve de nada decirle a nuestro hijo que ha de recoger siempre el plato cuando termine de comer, tirar la basura a la papelera o se lave los dientes antes de irse a dormir, si luego en casa de los abuelos les dicen que da igual, que ya lo hace todo la abuela, o tiras la publicidad del buzón al suelo al salir, o cruzas indebidamente la carretera o con el semáforo en rojo.
Hay que respetar no solo su desarrollo evolutivo, sino también su ritmo. Que tu vecina te diga que su hijo come en diez minutos en casa o en la escuela, no significa que tu hijo coma en 10 minutos en casa o con la abuela. Si tarda el triple que tú en lavarse las manos o los dientes, dejarle hacer. Si se le caen los cubiertos tres de cada cinco veces que te ayuda a llevarlos a la cocina...pensar en que tardan no solamente en hacerlo, sino también en conseguir ejecutarlo bien. Respetar su tiempo, su ritmo y lo que tarde en conseguirlo.


Cuando son bebés somos los adultos lo que lo hacemos todo, pero cuando ellos ya comienzan a hacerlo poco a poco, hay que ser muy constantes, coherentes y servir de ejemplo continuamente y ser conscientes de que un hábito no se da por asumido hasta la adolescencia, por mucho que a los 6 años ya no trabajen los hábitos en la escuela. Si se da por hecho de que los niños, desde que en la escuela infantil dejan de trabajarlos, ya los tienen automatizados y nos descuidamos de seguir con el modelado, de insistir, de fomentarlos, el niño puede dejar de hacerlo porque ya no lo considera necesario para tener el beneplácito de los adultos de alrededor. Más de una vez en mi familia y en otras familias he escuchado: antes lo pedía todo por favor, antes recogía siempre y me lo quitaba de las manos y quería siempre ayudar... ¿Cuándo dejan de hacerlo? Hay que ser constante, aunque creas que ya son "mayores", un niño de 9 años no es mayor, aunque hable, multiplique, corra, juegue y debatáis sobre las normas del hogar.


Espero que pueda servir de ayuda para los que estéis trabajando la adquisición de hábitos en el hogar, como veis, mucha paciencia y constancia. Si alguien tiene otra idea o truco que realiza con sus hijos en casa y desea comentar su experiencia, bienvenido sea el consejo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario